martes, 12 de agosto de 2008

Dormir en el Metro

Apenas hay nadie por ningun pasillo. Se huele la mañana de verano, el cansancio, el alcohol acumulado y una promesa de otro día de sol inclemente. Yo estoy cabizbajo, alterado, meláncolico y fascinado todo a partes iguales. Quiero dormir, quiero dormir. Me he comprado algo de comer, que ni siquiera se que es, asqueroso. Quiero llegar a casa.

Sentado en el anden escucho a Lou Reed: just a perfect day... Deprimente. No debería estar aquí, tengo 36 años, es de día, debería estar casado, debería estar despierto por el llanto del niño, debería haberme quedado anoche en casa leyendo, no debería encontrarme así, no debería, no debería, no debería...

Huele a polvo de hierro en el anden. Entra el tren. Me siento alejado de todo el mundo, al otro lado de la Humanidad. Es muy tarde ya y mi cuerpo no da mas. Se me pasan por la cabeza ellos y ellas, ¿donde estarán?, ¿qué hacen?, ¿adonde se va la gente que ya no existe?, ¿qué pasa cuando ya no pasa nada?

Son varias estaciones y a la salida, me ciega un Sol que brilla tanto que dan ganas de gritar. Entro en mi casa de ventanas entornadas, posters iluminados por la luz azul y ruidos de mañana y me doy cuenta de que no quiero dormir.

No quiero dormir nunca mas.

suena: Teenage Fanclub - I'll Make It Clear

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