jueves, 30 de octubre de 2003

Estanque

Siempre pensé que de alguna manera se perdonarían mis pecados. Como si de repente fuese a bajar del cielo un torrente de redención que me arrastrase y una vez pasase, todos mis actos horribles se hubiesen ido entre sus aguas embravecidas. Como si una garra fuese a surgir de las profundidades del infierno hasta cerrarse en mis entrañas, apretando mis negros pensamientos hasta pulverizarlos.

Asi que pasé mis noches esperando, rezando por que algo sucediese y suplicando que este dolor de cabeza se esfumase, pero de alguna extraña manera esta infinita espera desprovista de fe animó a los demonios que me gritaban desde muy dentro. Aun me torturan cada vez que el Sol se pone.

He matado, he violado, he torturado a personas cuyo unico delito era haber escrito un libro....un libro, un estupido libro. Recuerdo sus ojos aterrorizados, viendome entrar en la sala, sabiendo que era yo el que les causaría dolor infinito. Era yo, su verdugo.

Me gustaría pedir perdón, pero ¿de que serviría? De mi no queda ya mas que un saco de huesos y sangre y de mis victimas mucho menos. Por el día mantengo la esperanza de que haya un dios misericordioso que perdone mis faltas, pero cuando llega la negra noche, me quedo yo solo, en esta misera habitación, contemplando mis pecados frente al espejo.

Y de nuevo surge el Sol. Me gusta tanto su brillo en el estanque del parque.....

suena: Johnny Cash "Hurt"

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