Cuando era mas joven, me pasaba semanas ahorrando para comprarme un disco. Iba juntando las monedas de 5 pesetas que me sobraban (no eran tantas) y al final de curso me quedaba mas o menos el dinero justo para un vinilo (huy, que tiempos!!). Me acercaba a un tienda de discos a elegir y allí me pasaba dos o tres horas, perdido entre miles de portadas tratando de ir eliminando poco a poco opciones hasta quedarme solo con dos. Todas aquellas fotos y dibujos me parecían fascinantes y mucho mas fascinantes me parecían los sonidos que contenían.
Para ir eliminando opciones utilizaba todo tipo de criterios: si duraba menos de 30 minutos lo descartaba (no sabeis la cantidad de cuentas mentales que he echado en tiendas), si la portada no tenía color negro, lo descartaba, si ya tenía algo de ese artista, lo descartaba. Así, hasta al final quedarme con uno en cada mano. Era entonces cuando llegaba el verdadero dilema. Os juro que he estado HORAS intentando decidirme entre dos opciones. Al final, de alguna manera conseguía decidirme por una opción. Pagaba y salía con el vinilo debajo del brazo y..........joder, es que siempre al salir de la tienda pensaba que debería haberme quedado con el otro. Siempre.
Y esa es la historia de mi juventud. Patologicamente incapaz de ceñirme a mis decisiones. Ahora he crecido y aunque sigo sin confiar en mi, al menos aparento seguridad. Me lo debo.
suena: Elliott Murphy "Night Falls" (que grandisimo nuevo disco!!! compradlo ya!!)
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