Uno de mis discos favoritos del 2005 fue sin duda alguna el I'm A Bird Now de Antony & The Johsons. Me costó entrar en la propuesta de un Antony criado en los cabarets y clubes de transformismo, pero despues de su magnífico show de Primavera Sound 2005 ya no pude resistir mas: la belleza de los temas, la imposible voz de un Antony empeñado en ser icono de la vanguardia neoyorkina como en su día lo fueron Lou Reed y Andy Warhol y un cuidado amoroso con las canciones pueden vencer y convencer a cualquiera.Con estos antecendentes, la presencia del músico ante 1.800 personas en Madrid el pasado martes era ya en si un evento. Se vendía Turning, título del espectaculo, como una colisión entre las canciones de Antony con las imagenes que Charles Atlas filmaría de 13 modelos presentes en el escenario. Un esfuerzo mas para ser moderno.
Y lo mas triste es que son precisamente esos esfuerzos los que lastran la propuesta musical: la enorme pantalla de video con imagenes de modelos se comió toda la intensidad de algo que podría haber sido mágico pero se quedó en muy muy pobre. Nada que transmitiese en el video montaje de Atlas, solo genéricas imagenes y fundidos de principiante. Mientras tanto un Antony que hace gala de su voz mágica intentando levantar a base de movimientos espasmódicos lo que no podía levantarse, porque fuimos a emocionarnos y aquello no emocionaba por ninguna parte, no había por donde cogerlo. Solo se atisbó algo de grandeza al final del show, cuando Antony regaló un verdadero bis sentandose al piano y llamando a su guitarrista para interpretar My Lady Story con un sentimiento y una magia que brillaron por su ausencia en el resto del show.
El público compuesto en un 80% por el petulante moderneo madrileño (Almodovares, diseñadores de ropita, etc, etc..) salió extasiado. Lo que yo pensé es que venían extasiados de casa, porque allí no hubo nada minimamente emocionante. Pero cualquiera se atreve a decir en determinados ambientes "artísticos y bohemios" tal cosa. Cada semana tenemos en Madrid shows de bandas pretendidamente menos sensibles pero que transmiten mucho mas que este encarnación de Antony.
Antony ahora debe decidir ahora si quiere seguir siendo una simple estatua al servicio de una modernidad atroz o un músico y seguir creciendo a base de canciones y con conciertos reales y no esta bufonada de ínfulas intelectuales. De momento lo que ha hecho es transformar la plata en cartón piedra. Una lástima.
suena: Damien Rice - I Remember
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