
Drama de carretera, comedia de enredo, tragicomedia de reflexión existencial/existencialista. Y sobre todo bofetada en la cara de ese mundo liberal que nos quieren vender donde estamos divididos en perdedores y ganadores. Solo en USA llamar perdedor a alguien es un insulto, pero pronto lo será en el resto del mundo. En PMS hay muchos perdedores, pero la vida sale ganando. Y con ella todos los demás.
En esta cinta, cada personaje es un mundo en si mismo, alguien digno tanto de admiración como lástima, aunque mi favorito es esa pequeñina adorable y regordeta capaz de llorar, callar o hablar y emocionarme con cualquiera de esas cosas. Si algún día tengo una hija, espero que se le parezca.
Porque la vida es llanto y carcajada, porque hay que saber reirse de lo malo y llorar por lo bueno, por todas esas cosas hay que ver Pequeña Miss Sunshine.
suena: Damien Rice - Elephant
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