viernes, 7 de julio de 2006

Bob Dylan Revisited

Este fin de semana me vuelvo a encontrar con Bob Dylan. A este hombre siempre le veo a pares: en el 2002 me acerqué a París, donde lo vi por primera vez (por unas u otras razones nunca había podido verlo antes). Me sonroja releer las tiernas críticas que escribí por aquel entonces en un primerizo Cielo Vacío y recuerdo perfectamente aquella visita a París, con la compañía de Nathalie primero y después de otros amigos. Recuerdo una noche de juerga por París, recuerdo que al día siguiente era 1 de mayo y en París se regalaban flores. Y recuerdo dos conciertos inmensos.
 
Después, lo volví a ver, esta vez ya en Alcalá de Henares y León en el año 2003. De nuevo, en Cielo Vacío hubo una crítica, y esta vez mucho mejor escrita y razonada que en ocasiones anteriores.
 
Y de estos dos conciertos, tengo recuerdos mucho mas frescos. Recuerdo pasear con Patricia por Alcalá y ella estaba muy nerviosa porque "por fin iba a ver a Bobby". Recuerdo reunirme en Alcalá con el resto de los componentes de Reno, debutaba con ellos en directo dos días después de la actuación de Dylan, asi que nos sentamos en el cesped y hablamos mucho de la actuación. Recuerdo encontrar a otros amigos por allí.
 
Recuerdo el viaje a León con Alberto y Patri en el coche. Recuerdo su voz nerviosa: "osito, ¿llevas tu las entradas?" cuando ya estabamos a doscientos kilómetros de Madrid. Obviamente, no las llevaba y tuvimos que comprarlas de nuevo al llegar a León. Que risa. Recuerdo a Tomi por allí, a Emilio y Silvia, su nueva novia y lo felices y nerviosos que se los veía. Y recuerdo a Patricia sobre todo, nerviosa y excitada porque Dylan estaba en su ciudad. Porque León era suyo.
 
Al día siguiente de aquel concierto, efectivamente debuté con Reno en Ávila. Pero esa es otra historia. Y después nos fuimos a Asturias a ver a Stray Cats, hoy luzco la camiseta que compré aquella fecha. Y era el cumpleaños de Patricia y comimos en Benavente y quien nos iba a decir que en cuestión de meses ella descansaría en paz allí y nuestra vida se habría interrumpido para siempre.
 
A veces me sorprende como se nos pasa la vida, la cantidad de casualidades y eventos que se encadenan unos con otros. Y la crueldad de algunos sucesos y la dulzura de otros, combinadas ambas en este enorme crisol de dolores y alegrías que llamamos vida.
 
Si, mañana y pasado vuelvo con Dylan y me acompañarán alguna de las personas que han sido protagonistas en la ocasiones precedentes. Pero siempre me faltará ella.
 
Asi que si pasais por allí y me veis derramar alguna lágrima, no os preocupeis. A veces es bueno llorar.
 
suena: Neil Young - Let's Impeach The President

No hay comentarios: