Él no es una persona demasiado especial. Quiero decir que simplemente es uno de esos como somos todos, que se levanta por la mañana, mas temprano de lo que nos gustaría y volvemos a casa horas despues de lo conveniente. Pero es que a mi me caía muy bien.
No nos veíamos demasiado. Creo que yo también le gustaba a él, porque cuando había pasado un tiempo sin vernos siempre se dejaba caer por mi casa y se tomaba una cerveza conmigo. "Por los viejos tiempos", me decía brindando con el vaso. Y a mi me hacía mucha gracia, mas que nada porque los viejos tiempos eran exactamente iguales a los demás. Mi vida nunca ha sido demasiado excitante, supongo. Y la suya menos. Solo somos chicos urbanos, queremos a poca gente y odiamos a menos. Quizá nos guste un poco mas soñar que al común de los mortales y leamos demasiado, lo cual normalmente revela insatisfacción con lo que tenemos en nuestras manos. Yo que sé.
La razón por la que cuento todo esto es porque un buen día él conoció a una chica. Todos conoceis la historia: se enamoraron, les gustaba pasear de aquí para allá y supongo que no hacían gran cosa cuando estaban juntos, pero se los veía muy unidos. Ella era una chica silenciosa y morena a la que apenas oí pronunciar un par de palabras en las escasas ocasiones en las que coincidimos. Estuvieron juntos un par de años, quizá algo mas...hasta que ella se enamoró de otro y se marchó a cualquier otro sitio a vivir con él.
Mi amigo sufrió durante un par de semanas y posteriormente reconectó con su vida anterior como si nada hubiese sucedido. Volvió a dejarse caer con frecuencia por mi casa y volvia a brindar por los viejos tiempos. A mi siempre me daban muchas ganas de preguntarle por ella, pero nunca lo hice por temor a molestarle o hacerle daño.... Un buen día él también se enamoró de una extraña y marchó a una ciudad del norte. Nunca llegué a conocerla a ella, pero me aseguran que era una mujer fascinante. No esperaba de menos para él.
Así que ahora muchas noches me siento en mi casa, llena de papeles y discos antiguos. La casa donde nos sentabamos juntos y brindabamos por los viejos tiempos que ninguno de los dos habíamos tenido....y no puedo evitar recordarle. Cada noche, yo solo, brindo por él y aquellos viejos tiempos que nunca estuvieron y nunca volveran.....lo cual me hace relativamente feliz.
Es todo tan parecido a esas viejas películas.....
suena: Bob Dylan - Cry A While
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