martes, 23 de enero de 2007

El Crespusculo de los Dioses

Anoche estuve viendo El Crepúsculo de los Dioses. Apenas puedo creer que nunca hubiese visto esta fantástica película de Billy Wilder, uno de mis directores favoritos, pero por unas razones u otras siempre se me había escapado: quedé fascinado por el ambiente de esta peripatética historia del guionista amoral y la estrella de cine en decadencia.

Miles de sensaciones me sacudian mientras veía a esa recua de personajes tortuosos: el turbio Joe Gills (William Holden), contandonos la historia con una efectiva voz en off como si no tuviese que ver con ella, la tristeza de Norma Desmond (Gloria Swanson), en el papel de una mas que decadente estrella de cine mudo inmersa en su mundo imaginario de oropel y estrellato, sospecho que la Swanson puso mucho de si misma en este papel tan poderoso y por fin, el fiel criado Max (Erich Von Stronheim) con su hieratica presencia constante practicamente en cada plano y con sorpresa final incoporada. Mención especial merece la aparición de Cecil B. DeMille y Buster Keaton haciendo de si mismos y encarnando la dureza del mundo del cine. La escena final, con ese dramático descenso de Norma por las escaleras (ver foto) es absolutamente sensacional.

De alguna manera, encontré muchas cosas en común con alguna de las obras de Paul Auster, sobre todo con El Libro de las Ilusiones, no solo por su conexión con el cine mudo, sobre todo por la manera de contar y plantear la historia, esa mezcla de misterio y comportamiento humano fundidos en un "todo revuelto" y que a pesar de su complejidad, funciona como la seda.

Sin duda Billy Wilder fue un estudioso del alma humana: supo hacernos reir y llorar, buscó dentro de nosotros y vió lo mejor y lo peor. Y yo digo que no hay nadie mas humano que el que sabe ver a través de sus semejantes como si de un cristal se tratasen. El Crespúsculo de los Dioses no envejece porque en realidad no trata del cine: es un estudio sobre la ilusión confrontada a la realidad. Sobre la decadencia de los sueños. Y ahi radica su digna grandeza y su eternidad.

Hay mucho valor y humanidad en esta película: la de las obras de arte que trascienden su propio argumento para transformarse en algo mucho mas grande.




suena:Stray Cats - Stray Cat Strut
Stray Cats fueron mi grupo de adolescente, el de mi rebeldía y mis primeros desmanes. El trío americano, que triunfó en UK en el año 81, recuperó la esencia del rockabilly 50's mas salvaje y lo fundió con un espiritu punk muy en boga a finales de los 70 en Inglaterra. Su primer disco sigue siendo una Biblia de como sonar potente con solo tres músicos y la manera de tocar la guitarra de Brian Setzer es absolutamente personal. Se los ha imitado mucho, pero siguen siendo inalcanzables.
Este Stray Cat Strut siempre será mi tema favorito: elegancia y grasa fundidas en uno.

No hay comentarios: