jueves, 11 de enero de 2007

Sucede a Veces

En ocasiones, defraudo a la gente.

No soy capaz de estar a la altura de las expectativas que se han creado sobre mi. A veces sucede que la imagen que se han formado tras un primer vistazo es mucho mejor que la de el "real me" que llevo dentro, por lo que al poco de conocerme se alejan. Esas son las ocasiones que mas me hacen sufrir, porque realmente me gustaría ser como ellos me veían. Lamentablemente, somos lo que somos y uno no puede cambiar para adaptarse a las expectivas que creadas sobre tu propia persona. Yo soy yo.

En otras ocasiones, se te modela una personalidad que no coincide para nada con la tuya. Simplemente eres un compendio de expectativas, anhelos y deseos que no tiene nada que ver contigo. En esos casos, normalmente, tardan mucho mas en darse cuenta de que no eres quien ellos creían. Y el batacazo suele ser mucho mas duro, porque el abrir los ojos duele. Y mucho. A mi me ha sucedido con otros y a otros les sucede conmigo.

Recientemente he vivido un caso de esos. Alguien que se pasó meses alabándome y de alguna manera bailandome el agua, ahora ha caído en la cuenta de que no soy quien él querría que fuese. Y ha montado en cólera. He pasado de ser un tío muy majo a una especie de bestia parda, encarnación de todo lo que odia y blanco de toda su bilis.

A mi esta persona desde un primer momento no me cayó en gracia y la verdad es que jamás he hecho el mas mínimo esfuerzo para congraciarme con él, máxime despues de que tuviese conmigo uno de los detalles mas feos que me han hecho (me niego a contarlo aquí, simplemente decir que banalizó a su antojo un episodio muy dramático de mi vida y lo intentó hacer pasar como arte).

Y ahora va repartiendo su odio y su crítica contra todo lo que yo soy y digo. No es que me importe demasiado, a pesar de que esa fijación que tiene me disgusta, sobresalta y asusta a partes iguales. Yo por mi parte he pasado del cabreo mas absoluto, a la indiferencia para acabar en una especie de melancolía, porque me fastidia ser tan odiado por alguién que realmente no me importa nada. Preferiría no importarle nada yo a él tampoco, máxime cuando presume de caridad cristiana (mi madre siempre dice eso de Oh dios mio, guardame de los buenos, que de los malos me guardo yo), pero no hay manera.

Así que desde aquí, simplemente rememorar al Dylan mas poético diciendole que "you can go your own way, and I'l go mine". A ver si así nos podemos olvidar el uno del otro y seguir viviendo nuestras vidas tranquilamente. Por mi parte así va a ser.



suena: Willie Nelson - On The Road Again

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